Una crónica de Antonio J. Roldán León.
La realidad es que las elecciones municipales de 2007, las sextas en la historia de la democracia en nuestra ciudad, ya son historia. Sólo queda desear que los que ahora tienen la responsabilidad de “regir los designios” del consistorio egabrense lo hagan con sabiduría, respeto, tolerancia y siempre pensando en que gobiernan “por y para” todos los ciudadanos del pueblo de Cabra, voten al partido que voten.
Es un tópico, pero como cada cuatro años, los egabrenses nos embarcamos en la compleja labor de elegir a nuestros representantes en el consistorio local. La “fiesta de la democracia” moviliza no sólo a las fuerzas políticas que optan a la alcaldía de nuestra ciudad, sino que también la ciudadanía se moviliza para asimilar y recopilar los programas y las propuestas que cada uno de los candidatos propone para los siguientes cuatro años de legislatura. Como bien decía al comienzo, esto es todo un tópico, pero que en esta ocasión, ha variado poco con respecto a lo acontecido en la realidad. Y es que los comicios del 27 de mayo han sido los del cambio, los de la apuesta de muchos egabrenses por cambiar lo establecido, por poner un punto (no sabemos si “seguido” o “final”) a los 16 años del Partido Andalucista al frente de nuestro Ayuntamiento. Los resultados así lo acreditan, y al margen de planteamientos o valoraciones más o menos influidas por el ideario (o la voluntad) de los que nos ocupamos en informar, la realidad es de por sí objetiva.
El Partido Andalucista, liderado por Ramón Narváez, ha descendido su nómina de concejales de los 8 que tenía en la pasada corporación a los 6 que les han sido otorgados en las urnas. Por el contrario, el Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Cabra, pese a descender en número de concejales de 7 a los 6 que tiene en la actualidad, ha sido la lista política más votada en nuestra localidad, comandada por Mª Dolores Villatoro. La coalición Izquierda Unida, con Manuel Carnerero al frente, ha conseguido un ascenso de dos concejales con respecto a los que ya poseía en la corporación anterior, colocándose como la tercera fuerza en número de concejales en nuestra ciudad con un total de 5 ediles. De igual manera, el Partido Popular tendrá en la próxima corporación municipal un concejal más que en la anterior, colocándose con 4 ediles. La opción política del Partido Socialista de Andalucía, con Andrés Rojano como cabeza de lista, no ha convencido más que a 83 egabrenses, por lo que no tendrá ni tan siquiera representación en la nueva corporación municipal.
A la vista de los datos, parece ser que ningún resultado ha sido fruto de la casualidad sino resultado de la tendencia que se ha venido marcando en los últimos años dentro de la política municipal y que ha puesto la “guinda” en la pasada campaña electoral. Durante la misma, además de proponer los programas pertinentes que cada partido ha confeccionado para la ocasión, los líderes de los partidos y los principales nombres de cada lista, han trabajado por dar una imagen de corrección y de confianza al electorado local. Durante los distintos actos hemos visto como partidos que partían como favoritos, como PA y PSOE, han trabajado en estos aspectos por medio de mítines y actos políticos para convencer a los ciudadanos y decantar la balanza hacia su opción política.
En el caso del PSOE, se ha echado mano en varias ocasiones de “pesos pesados” del Partido Socialista a nivel regional como la Consejera de Gobernación de la Junta de Andalucía, Evangelina Naranjo, o incluso, a nivel nacional con la participación de la Ministra de Cultura del Gobierno Español, la egabrense Carmen Calvo, para apoyar a la candidatura de Mª Dolores Villatoro, algo, por otro lado, muy criticado por otras fuerzas políticas y que ha avivado el debate político en esta campaña. Esto, seguro que en contra de las previsiones socialistas, se ha materializado en un descenso de casi 500 votos con respecto a los comicios de 2003, lo que les ha quitado un concejal de los 7 con que en el ayuntamiento de Cabra. El partido que partía como “favorito” en las cábalas de muchos egabrenses, ha resultado finalmente vencedor de las elecciones por sólo 40 votos de diferencia con respecto al Partido Andalucista, algo que, de seguro, suscitará un interesante debate en el seno de esta formación tras la euforia de tener la opción de formar gobierno en esta legislatura.
En el caso del Partido Andalucista la campaña se ha centrado en la celebración de mítines por la mayoría de los barrios de la localidad, explicando el programa por parte de los principales miembros de la lista Andalucista. Una lista, al igual que las del resto de fuerzas políticas, que ha contado con muchas caras nuevas, con fuerzas renovadas y con personas, por lo general, muy preparadas para afrontar un cargo político en nuestra localidad. Quizás, el desgaste de cuatro legislaturas de gobierno Andalucista haya pasado factura a la candidatura encabezada por Ramón Narváez, el anterior alcalde de Cabra, que se situaba como uno de los candidatos más valorados por los votantes egabrenses y que, tras cuatro años de gestión en coalición con el Partido Popular, ha hecho frente a grandes proyectos que se contaban como “retos” para la ciudad. A fin de cuentas, podemos catalogar a la candidatura del PA como la “gran derrotada” en estas elecciones, ya que aparte de perder la alcaldía y 2 ediles en la corporación municipal, han visto disminuido el apoyo del electorado en más de 1.200 votos con respecto a las pasadas elecciones. Otro partido que tendrá que sentarse a analizar este considerable descenso y, sobre todo, a replantear su programa para, en este caso, desarrollarlo desde la oposición.
Sin duda, los grandes triunfadores de los comicios del 27 de mayo han sido los integrantes del Grupo Municipal de Izquierda Unida en nuestra localidad. Quizá, una de las listas en la que más se ha notado esa renovación que comentábamos anteriormente y que ha supuesto, junto a otros muchos factores, que se convierta en la tercera fuerza política de nuestra localidad. Uno de estos factores es su candidato, Manuel Carnerero, quizá el más valorado por los egabrenses, que tras 20 años en la corporación municipal obtiene el mejor resultado electoral de toda su trayectoria en el consistorio, con un aumento de más de 1400 votos con respecto a los anteriores comicios. Esto les hace tener la “llave” del gobierno en estas elecciones, la cual ofrecerán al PSOE para formar gobierno con esta candidatura. De hecho, ya en la campaña, y según informaba LA OPINIÓN en su edición digital, el candidato de IU descartaba tajantemente un posible pacto con el Partido Andalucista para formar gobierno. Sin duda, han sabido caparar una grandísima parte del “voto indeciso” de nuestra localidad, lo que les llevará a ser parte importante del próximo gobierno local.
La cuarta fuerza política de nuestra ciudad, el Partido Popular, ha sido la “otra gran vencedora” en estas elecciones. La lista encabezada por Manuel Marín, que ya fuera concejal del Ayuntamiento de Cabra bajo las siglas del Centro Democrático Social (CDS) en la corporación municipal 1987-1991, ha conseguido el mejor resultado de esta formación en la historia de la democracia en Cabra. No sólo han aumentado en casi 70 votos sus anteriores resultados, sino que éstos les han dado la oportunidad de obtener un edíl más en la corporación municipal. Otra lista que se ha modernizado, que ha cambiado de caras y que ha elegido para ello a personas muy cualificadas, conocidas, y preparadas para tener un cargo político en nuestra localidad, como decíamos antes, siguiendo la tónica del resto de listas que se presentaban este año a la alcaldía de Cabra. Esto se ha materializado en el “cuarto concejal”, que llegó en las dos últimas mesas escrutadas, lo que hizo que IU descendiera de los 6 concejales que tenía en esos momentos a 5 y le diera este escaño al grupo Popular, en este caso, a Fernando Priego, el edíl más joven de la nueva corporación.
En cuanto a la participación se han contabilizado un total 12.079 votos, que suponen un 70’40 % del total del electorado egabrense. Con respecto a los comicios de 2003, el porcentaje ha disminuido un 2’62 %, lo que se traduce en 150 votos, aproximadamente. Otro aspecto importante de estos resultados electorales ha sido la absteción, que se cifra en 5.078 votos, un 29’60 % del censo electoral, que supone una disminución de la participación en 560 votos, con respecto a las pasadas elecciones. Esta reducción en el número de votantes sería otra muestra del escepticismo con que muchos de nuestros paisanos observan la vida política local, lo que según los datos, repercute notablemente en los resultados electorales.
En resumen, unas de las elecciones más “abiertas” y reñidas de la historia que, finalmente y al igual que en los comicios anteriores, se ha resuelto de cara al poder por medio de pactos de gobierno. Muchas lecturas se pueden hacer después de que los egabrenses “hablen” por medio de las urnas: el fin de la “hegemonía” del PA, la victoria del PSOE pese a su notable pérdida de votos, la aplastante subida de IU y el significativo ascenso del PP que es la única fuerza que, tras su paso por el gobierno local, ha conseguido ascender en número de votos y concejales. Pero, más allá de los paradigmas políticos, podemos hacer una lectura más de “a pie”, ya que después de las elecciones se ha demostrado que los egabrenses querían un cambio en el gobierno municipal, se ha constatado que nuestros paisanos están bastante interesados por la política municipal, pero aún queda un reducto de personas escépticas ante estos asuntos, pese a lo que influyen en nuestra vida diaria.
En definitiva, “vencedores” y “vencidos” aparte, la realidad es que las elecciones municipales de 2007, las sextas en la historia de la democracia en nuestra ciudad, ya son historia. Sólo queda desear que los que ahora tienen la responsabilidad de “regir los designios” del consistorio egabrense lo hagan con sabiduría, respeto, tolerancia y siempre pensando en que gobiernan “por y para” todos los ciudadanos del pueblo de Cabra, voten al partido que voten. Del mismo modo, animar a los grupos que en estos cuatro años van a ejercer la oposición en el pleno local y desear que el ambiente político de esta legislatura sea un tanto más calmado que en la anterior. Esperemos que, gobierne quien gobierne, Cabra siga hacia delante.
La realidad es que las elecciones municipales de 2007, las sextas en la historia de la democracia en nuestra ciudad, ya son historia. Sólo queda desear que los que ahora tienen la responsabilidad de “regir los designios” del consistorio egabrense lo hagan con sabiduría, respeto, tolerancia y siempre pensando en que gobiernan “por y para” todos los ciudadanos del pueblo de Cabra, voten al partido que voten.
Es un tópico, pero como cada cuatro años, los egabrenses nos embarcamos en la compleja labor de elegir a nuestros representantes en el consistorio local. La “fiesta de la democracia” moviliza no sólo a las fuerzas políticas que optan a la alcaldía de nuestra ciudad, sino que también la ciudadanía se moviliza para asimilar y recopilar los programas y las propuestas que cada uno de los candidatos propone para los siguientes cuatro años de legislatura. Como bien decía al comienzo, esto es todo un tópico, pero que en esta ocasión, ha variado poco con respecto a lo acontecido en la realidad. Y es que los comicios del 27 de mayo han sido los del cambio, los de la apuesta de muchos egabrenses por cambiar lo establecido, por poner un punto (no sabemos si “seguido” o “final”) a los 16 años del Partido Andalucista al frente de nuestro Ayuntamiento. Los resultados así lo acreditan, y al margen de planteamientos o valoraciones más o menos influidas por el ideario (o la voluntad) de los que nos ocupamos en informar, la realidad es de por sí objetiva.
El Partido Andalucista, liderado por Ramón Narváez, ha descendido su nómina de concejales de los 8 que tenía en la pasada corporación a los 6 que les han sido otorgados en las urnas. Por el contrario, el Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Cabra, pese a descender en número de concejales de 7 a los 6 que tiene en la actualidad, ha sido la lista política más votada en nuestra localidad, comandada por Mª Dolores Villatoro. La coalición Izquierda Unida, con Manuel Carnerero al frente, ha conseguido un ascenso de dos concejales con respecto a los que ya poseía en la corporación anterior, colocándose como la tercera fuerza en número de concejales en nuestra ciudad con un total de 5 ediles. De igual manera, el Partido Popular tendrá en la próxima corporación municipal un concejal más que en la anterior, colocándose con 4 ediles. La opción política del Partido Socialista de Andalucía, con Andrés Rojano como cabeza de lista, no ha convencido más que a 83 egabrenses, por lo que no tendrá ni tan siquiera representación en la nueva corporación municipal.
A la vista de los datos, parece ser que ningún resultado ha sido fruto de la casualidad sino resultado de la tendencia que se ha venido marcando en los últimos años dentro de la política municipal y que ha puesto la “guinda” en la pasada campaña electoral. Durante la misma, además de proponer los programas pertinentes que cada partido ha confeccionado para la ocasión, los líderes de los partidos y los principales nombres de cada lista, han trabajado por dar una imagen de corrección y de confianza al electorado local. Durante los distintos actos hemos visto como partidos que partían como favoritos, como PA y PSOE, han trabajado en estos aspectos por medio de mítines y actos políticos para convencer a los ciudadanos y decantar la balanza hacia su opción política.
En el caso del PSOE, se ha echado mano en varias ocasiones de “pesos pesados” del Partido Socialista a nivel regional como la Consejera de Gobernación de la Junta de Andalucía, Evangelina Naranjo, o incluso, a nivel nacional con la participación de la Ministra de Cultura del Gobierno Español, la egabrense Carmen Calvo, para apoyar a la candidatura de Mª Dolores Villatoro, algo, por otro lado, muy criticado por otras fuerzas políticas y que ha avivado el debate político en esta campaña. Esto, seguro que en contra de las previsiones socialistas, se ha materializado en un descenso de casi 500 votos con respecto a los comicios de 2003, lo que les ha quitado un concejal de los 7 con que en el ayuntamiento de Cabra. El partido que partía como “favorito” en las cábalas de muchos egabrenses, ha resultado finalmente vencedor de las elecciones por sólo 40 votos de diferencia con respecto al Partido Andalucista, algo que, de seguro, suscitará un interesante debate en el seno de esta formación tras la euforia de tener la opción de formar gobierno en esta legislatura.
En el caso del Partido Andalucista la campaña se ha centrado en la celebración de mítines por la mayoría de los barrios de la localidad, explicando el programa por parte de los principales miembros de la lista Andalucista. Una lista, al igual que las del resto de fuerzas políticas, que ha contado con muchas caras nuevas, con fuerzas renovadas y con personas, por lo general, muy preparadas para afrontar un cargo político en nuestra localidad. Quizás, el desgaste de cuatro legislaturas de gobierno Andalucista haya pasado factura a la candidatura encabezada por Ramón Narváez, el anterior alcalde de Cabra, que se situaba como uno de los candidatos más valorados por los votantes egabrenses y que, tras cuatro años de gestión en coalición con el Partido Popular, ha hecho frente a grandes proyectos que se contaban como “retos” para la ciudad. A fin de cuentas, podemos catalogar a la candidatura del PA como la “gran derrotada” en estas elecciones, ya que aparte de perder la alcaldía y 2 ediles en la corporación municipal, han visto disminuido el apoyo del electorado en más de 1.200 votos con respecto a las pasadas elecciones. Otro partido que tendrá que sentarse a analizar este considerable descenso y, sobre todo, a replantear su programa para, en este caso, desarrollarlo desde la oposición.
Sin duda, los grandes triunfadores de los comicios del 27 de mayo han sido los integrantes del Grupo Municipal de Izquierda Unida en nuestra localidad. Quizá, una de las listas en la que más se ha notado esa renovación que comentábamos anteriormente y que ha supuesto, junto a otros muchos factores, que se convierta en la tercera fuerza política de nuestra localidad. Uno de estos factores es su candidato, Manuel Carnerero, quizá el más valorado por los egabrenses, que tras 20 años en la corporación municipal obtiene el mejor resultado electoral de toda su trayectoria en el consistorio, con un aumento de más de 1400 votos con respecto a los anteriores comicios. Esto les hace tener la “llave” del gobierno en estas elecciones, la cual ofrecerán al PSOE para formar gobierno con esta candidatura. De hecho, ya en la campaña, y según informaba LA OPINIÓN en su edición digital, el candidato de IU descartaba tajantemente un posible pacto con el Partido Andalucista para formar gobierno. Sin duda, han sabido caparar una grandísima parte del “voto indeciso” de nuestra localidad, lo que les llevará a ser parte importante del próximo gobierno local.
La cuarta fuerza política de nuestra ciudad, el Partido Popular, ha sido la “otra gran vencedora” en estas elecciones. La lista encabezada por Manuel Marín, que ya fuera concejal del Ayuntamiento de Cabra bajo las siglas del Centro Democrático Social (CDS) en la corporación municipal 1987-1991, ha conseguido el mejor resultado de esta formación en la historia de la democracia en Cabra. No sólo han aumentado en casi 70 votos sus anteriores resultados, sino que éstos les han dado la oportunidad de obtener un edíl más en la corporación municipal. Otra lista que se ha modernizado, que ha cambiado de caras y que ha elegido para ello a personas muy cualificadas, conocidas, y preparadas para tener un cargo político en nuestra localidad, como decíamos antes, siguiendo la tónica del resto de listas que se presentaban este año a la alcaldía de Cabra. Esto se ha materializado en el “cuarto concejal”, que llegó en las dos últimas mesas escrutadas, lo que hizo que IU descendiera de los 6 concejales que tenía en esos momentos a 5 y le diera este escaño al grupo Popular, en este caso, a Fernando Priego, el edíl más joven de la nueva corporación.
En cuanto a la participación se han contabilizado un total 12.079 votos, que suponen un 70’40 % del total del electorado egabrense. Con respecto a los comicios de 2003, el porcentaje ha disminuido un 2’62 %, lo que se traduce en 150 votos, aproximadamente. Otro aspecto importante de estos resultados electorales ha sido la absteción, que se cifra en 5.078 votos, un 29’60 % del censo electoral, que supone una disminución de la participación en 560 votos, con respecto a las pasadas elecciones. Esta reducción en el número de votantes sería otra muestra del escepticismo con que muchos de nuestros paisanos observan la vida política local, lo que según los datos, repercute notablemente en los resultados electorales.
En resumen, unas de las elecciones más “abiertas” y reñidas de la historia que, finalmente y al igual que en los comicios anteriores, se ha resuelto de cara al poder por medio de pactos de gobierno. Muchas lecturas se pueden hacer después de que los egabrenses “hablen” por medio de las urnas: el fin de la “hegemonía” del PA, la victoria del PSOE pese a su notable pérdida de votos, la aplastante subida de IU y el significativo ascenso del PP que es la única fuerza que, tras su paso por el gobierno local, ha conseguido ascender en número de votos y concejales. Pero, más allá de los paradigmas políticos, podemos hacer una lectura más de “a pie”, ya que después de las elecciones se ha demostrado que los egabrenses querían un cambio en el gobierno municipal, se ha constatado que nuestros paisanos están bastante interesados por la política municipal, pero aún queda un reducto de personas escépticas ante estos asuntos, pese a lo que influyen en nuestra vida diaria.
En definitiva, “vencedores” y “vencidos” aparte, la realidad es que las elecciones municipales de 2007, las sextas en la historia de la democracia en nuestra ciudad, ya son historia. Sólo queda desear que los que ahora tienen la responsabilidad de “regir los designios” del consistorio egabrense lo hagan con sabiduría, respeto, tolerancia y siempre pensando en que gobiernan “por y para” todos los ciudadanos del pueblo de Cabra, voten al partido que voten. Del mismo modo, animar a los grupos que en estos cuatro años van a ejercer la oposición en el pleno local y desear que el ambiente político de esta legislatura sea un tanto más calmado que en la anterior. Esperemos que, gobierne quien gobierne, Cabra siga hacia delante.